Cuando el tiempo se complica, te aniquila, te envuelve, te arrastra entre sus redes y burlezca se manifiesta en el rostro ¿Vendrás?
Aun cuando el sueño se vulva oscuro igual que mi mente, desgastándose como cada esperanza vana, como cada latido sin gana, como cada pedacito de donde brota está furia amarga ¿Vendrás?
O por las noches cuando el silencio opaca la calma, me expulsa de la realidad bastarda, y sin fuerza voy arrastrando este cuerpo podrido de adentro hacia afuera y el olor a pestilencia se emane entre las sabanas, tú ¿Vendrás?
Quizá bastara mirar al cielo, hundirme en el silencio y dejar que de poco a poco, los efectos de las drogas me acompañasen en esté exilio de mi ser, trayendo un alivio mental, un placebo que fermentar o simplemente una idea inconforme, construida en imposibilidad.
Sin embargo acechan los mismos demonios, las mismas sombras, el mismo humor corrompido, está insatisfacción de anhelo, está necedad a la que me aferro y defiendo, que se apropia de mi mente, de mis actos, de mi injustificada acción, y que haciendo estragos me provoca desearte sabiendo que no vendrás.
