:: El olvido solo fue un capricho imposible de lograr ::

Escritos descritos por Aüd!räk mOody

sábado, 28 de febrero de 2015

Extraviado

son mis manos capaces de aprenderse la ruta del camino que va de ida y vuelta por donde miles  de caricias han recorrido  tu piel, son capaces de percibir la viveza del momento y son sobre todo quienes me dicen a ciegas sobre ti, sobre la historia de cada marca, sobre la erección de cada poro. Pueden aprender de ti, de lo que queda en dulzura y delicadeza, de la fuerza y abstinencia.
 son mis ojos quienes se enredan, se extravía en el fondo tuyo; te anhelan y pretenden averigua mas de simple secreto que entre risas escapa cuando a medio día a la luz del sol decayendo, me observan, parpadean y forman parte de un tierno y único gesto, del cual soy esclavo voluntario, seducido por su sensualidad, embriagado de la mezcolanza en  su centro tornasol.
mas nuestros cuerpos que se llenan, se complementan, se adhieren y buscan mutua protección, repelan el amor, limitándose a sentir el suave  tacto entre pieles, son capaces de sentirnos, de hacernos creer por un instante fugaz, algo vivo. Y después  nos resultan  ajenos, distintos, con cierta parte de acto  prohibido.
me he convertido en ti en lo abnegado, el sacrificio de mantener en silencio algo indebido que callar, tu pequeña válvula de escape, para el mundo confuso al que te enfrentas y niegas recorrer, ya no sé si soy parte de tu miedo o soy producto del mismo que conforma un misterio. O si solo soy excluido del tiempo en el que no alejamos o soy expulsado hasta nuevo aviso de necesidad sexual.
soy yo quien se extravía en las luces que desprende tu mirada, de tu cuerpo desnudo y cada brillo que se deja relucir tras la ráfaga de luz o eres tú quien se mantiene constante a sentir un cuerpo a su costado, complementando aquel vacío que más  de no logro jamás completar. 
  

No solo aire.

estuvimos a punto de arruinarnos, tú en mi vida entera y yo para el resto de tus días, más no hubo motivo para hacerlo, ni un simple e insignificante beso como aquellos que endulzaban los labios, y dejaban marca; nuestras marcas de aprecio, de amor encendido; tampoco hubo una mísera  caricia capaz de fingir ser en lo mínimo ni siquiera el intento de figurar un rasgo cálido, no, no esta vez.
solo soplo el viento, revoloteo nuestras ropas, nuestros cabellos, apaciguó nuestras mentes y se llevó el miedo de voltear hacia tu rostro y sin saber si mirar tus ojos o tus labios, igual a los tuyos solo callaron por su propio peso.
existió un adiós, uno en el que tú desde el cobertizo, inclinabas el rostro y yo al filo de la reja que rechinaba a cada inexacto movimiento, nos dijimos adiós, un adiós en silencio, un adiós perdido en la mirada vacía, fija, hueca y quizá desorbitada por la situación. 
nos dimos el último adiós expulsando de ambas partes no un solo suspiro cualquiera, no solo aire que pareciera quebrarse, era algo pesado que no solo contenía aire, sentimiento, alegrías, momentos, recuerdos, enlaces y secretos, tenía algo más y se escapó como también lo hizo el amor, aquella realidad de sentirse lleno, de sentirse completo.

jueves, 26 de febrero de 2015

Ápice

Fue un ápice en suspiro violento, desgarrando lento por dentro, se dejó escapar por un ahogado en grito de lamento, no hubo luz, no hubo paz no hubo quien detener el suplicio de silencio.

En un ápice de tiempo se liberó de ti, del mundo, del cuerpo, se desvaneció tu ser disuelto en la nada de un cruel suspiro que no logro ser placentero. 

En un ápice de ansiedad te sentí huir, se hundió todo sentimiento y no hubo más que el mismo triste atardecer del que nos  privó del tenernos.