[ Ocho ∞ ]

Un ocho infinito de agosto, vino remover el polvo,
arrastrando consigo este amor que entré los dos muere de a poco;
del tuyo se cree varado en algún rincón del tiempo,
sin luz ni espacio,
como en alguna ocasión tu adiós sin despedida me dejo tirado,
mirando al vacío, al olvido bastardo,
que sin duda solo logro apartarme de tu lado,
del respiro profundo de una vida complicada,
del silencio mezquino compañero de madrugada.

Infinito el ocho, como infinita serán las veces de recordarte,
otras tantas del sentirte ilimitadamente ausente,
como la imagen empolvada del mueble, callada en vacío de muerte.

Me viene de noche el imaginarte desnudo,
tocando suave esta piel que sólo ha encontrado un calor bruto,
y han sido tus manos el placer inagotable a quien me he rendido sin pausas ni penas,
me pierdo completo en ideas perplejas,
fantasía secreta jamás realizadas,
se hunden despreciadas, un tanto negadas,
pidiendo razón a un destino que te cargo sobre su espalda.

[ Placeres ]

es posible no lo niego, el punto maximo de mi placer comenzó del hecho de ser en tus ojos donde me perdía inmenso en ideales fuera de lo terrenal, perdido en tiempos indefinidos, colgado del débil hilillo el cual sin peligro me acercaba a tu ser sobrenatural, o el desliz de un roce táctil y fugaz que sobre tu cuerpo se deslizaba, incendiando mis pensamientos, hipnotizado por tu mirada, esa tierna y brillante, tan llena de luz, de una vida con pizcas de esperanza y alegría.

viví a tu lado, inmerso en situaciones que iban de arriba a bajó, me mantenía una fuerza sin voluntad a tu costado, un tanto cautivado, y es que tu cuerpo desnudo andando por la habitación, enloquecía mis impulsos, alardeaba mis placeres al ver la pobre imitación de tu sombra detrás tuyo, implorando ser la perfección del cuerpo del cual se había desprendido. Tu ser tiene algo que no he logrado encontrar en otras pieles, siempre hay una ausencia cutánea suave al tocarse entre dos cuerpos, finalice por comprender sin duda que la totalidad de tu ser es perfecta para mi persona.

recuerdo de las caricias suaves, estrujantes que tus manos impacientes solían hacer a media noche, tímidas en alguna ocasión y en otras tan seguras de si mismas, que no dudaban siquiera en tomar el rumbo correcto para destellar las luces, cubriéndonos juntos de un inigualable calor. 

me he advertido entre placeres y ante los toques de mis manos, el no invocarte a mi nueva situación y sin embargo me he rendido por imaginarte y rehacer a tu lado, el perfeccionamiento de recuerdos que puedan ser nueva vez un acercamiento del ayer, terminando por blasfemar esta locura de traerte siempre a mi. 

en fin, como sustituir tus labios, esos besos en los que tus brazos apretaban fuerte mientras mordías el inferior con pequeña crueldad, toques de maldad; tus labios que se negaron a narrar siquiera fragmentos de ilusión, sueños o sentimientos, que fortalecieran este ingenuo amor, este que por falta de miserable fe o la suciedad de mi piel, te alejo un eterno instante del entorno, de mi espacio, aquello del que pueda tener control.