el silencio de casa siempre me ha resultado acogedor, encuentro estabilidad entre los rincones, muebles y extrañezas de cada parte que la conforma, el silencio invade mis ánimos, mis pensamientos se vuelven cálidos, me embriago de un aire de soledad, quizá mas de una ocasión sentí ese vació externo, capturado dentro de las paredes podridas de casa, o la mirada escondida al final del pasillo angosto, o una sombra que detrás de mi juega a esconderse.
he oído secretos en crujidos entre las grietas, y también he tenido miedo en las noches de ausencia.
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