te he encontrado, quizá por descuido pero últimamente es en los rincones mejor escondidos de mi sueños, y te he visto sonreír hasta chapetear las mejillas, el rico dobles de tus labios signo de tu felicidad entera y siempre brilla un sol, por encima de nosotros, nos encontramos uno frente al otro, he llegado a notar que siempre te sueño con la juventud en el rostro, con ese exquisito brillo en tus ojos; el mismo aspecto que me fascino de ti, y me perdía mientras me reflejaba en ellos, dentro de un espejo negro.
te encuentro en días similares, de un cierto sabor amargo y una espesa masa en el aire, en días que el cuerpo pesa, las ideas se alteran y dan volteretas dentro de mi cabeza, pero ahí voy de nuevo... te traigo de vuelta desde los confines del universo, para sentirte, para perderme entre tus manos, y sus caricias, delicia llevan tus yemas, y de pronto todo parece tan real, se vuelve una situación que me encadena, y me hace desearte con todas mi fuerza, te toco, te tomo con una ardiente necesidad de unirme a ti, de fusionarnos, comenzar a mezclar energías, pero siempre en el momento inadecuado abro los ojos adormilados y nuevamente te desvaneces, tierna y fugazmente.
te acercas cuando me encuentro distraído, tu boca cerca de mi oído, susurra tres palabras que serán eternas en los ecos de mi mente; muerden con delicadeza la puntita de mi oreja, tus manos se meten entre mis brazos, me abrazas mientras un beso lento se queda rodando en un costado de mi cuello. Otro sueño que he ido guardando.
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