esa mañana el sol brillaba en su resplandor, la luz entraba por la ventana y la claridad se hizo a nuestro alrededor, voltee a mi costado y estabas tú, aun en el mundo del ensueño; me pase las horas mirando tu rostro, perdido en mi imaginación, creyendo ser el ser que en tus sueños habitaba, creí ser capaz de adentrarme a las profundidades de tus fantasías, y ser dueño por esta vez se aquella ilusión que te mantenía sereno, dormido, anestesiado.
fabrique dentro de mis pensamientos ese deseo, esa necesidad de pertenecer a tu lado en otro mundo, otra existencia, otro lugar donde solo existiéramos nosotros, nuestros ideales, nuestras esperanzas. Te sentí, te pude sentir en mi, en mis adentros, y ame el instante en el que tus labios rosaron contra los míos, obsequiando lo que día a día anhelo.
abrí los ojos en el preciso momento en que tus labios mostraban una grandiosa y resplandeciente sonrisa, oí casi a susurro tu dulce voz, pronunciando un nuevo “te quiero”.
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