me duele, lo reconozco, pero aun en mis adentros queda la estúpida fantasía de creer que en algún momento indeterminado puedes aparecer y ser el complemento que me confortaría. Vana idea.
quizá para este momento el alcohol recorre tu organismo, junto a la sangre que a toda prisa recorre tus venas, y el calor se apodera de tu cuerpo, mientras una boca se acerca, te besa, te muerde y lame. Y tu excitación tiene niveles, quizá estas en el tercero, cuando te comienzas a desnudar, y tu suave piel queda al roce de las manos frías de aquel, que te lleva lejos, muy lejos de mi. Miras el cielo tras el ventanal enorme que se encuentra frente a ustedes, el sudor y la respiración son algo notorio en la habitación de hotel barato de carretera, pero con perfecta vista, donde se divisa el mar.
mientras yo me pierdo en aguas de alcohol que me hacen compañía.
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